Ya no hay preguntas, ya no hay debate. El planeta tierra está reaccionando a la contaminación que hemos generado y corremos el riesgo de perder aún más especies, ecosistemas e incluso climas. Los arrecifes de coral no están exentos de peligro. Estos sistemas maravillosos, de extrema belleza y utilidad para el ser humano, están amenazados y se tiene que actuar… ¡ya! Por fortuna, existe un proyecto global de regeneración de esta importante formación natural, misma que rodea nuestra maravillosa isla privada en el Caribe. ¿Quieres conocerlo?
Los corales no sólo son un atractivo turístico natural, sino que contribuyen a la vida humana. Son clave para la pesca y, por tanto, para nuestra alimentación. Además, sirven como barreras naturales evitando que huracanes y otros fenómenos geográficos impacten con tanta fuerza en la costa, por lo que su conservación es prioritaria.
Oportunidad de regeneración
Afortunadamente, un estudio reciente publicado en Coral Reefs puede tener la clave para salvar estos desarrollos naturales. Se trata de una “siembra de corales” criados en invernadero para restaurar los arrecifes, especialmente en el Caribe. Introduciendo especímenes sanos en su ambiente natural, el método promueve que los corales se curen y fortalezcan.
Este proyecto ha tenido gran aceptación dentro de la comunidad científica y alentadores resultados. Es un hecho: es una gran noticia para los corales de la zona, para los que tenemos la fortuna de vivir en el Caribe, y, por supuesto, para la Tierra.
Naturaleza privilegiada
En América tenemos grandes ejemplos de arrecifes de coral, como puede ser Arrecife Palancar, en México—parte del Gran Arrecife Maya. Pero definitivamente la Barrera del Arrecife de Belice, el segundo cúmulo más grande del mundo, se lleva todos los reflectores.
El Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice es uno de los más renombrados descritos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Un lugar maravilloso y cercano a Caye Chapel, la isla privada más exclusiva del Caribe, rodeada de una belleza natural incomparable, enmarcada por el mar imponente y cristalino.
Foto: Pierre-Etienne Bordeleau
Cuenta con una gran diversidad de especies, entre ellas el tiburón coralino y el tiburón limón, así como especies de coral suave como el abanico marino, y duros como el coral cerebro. Entre los colores de los corales puede haber blancos, verdes, rosados, rojos, violetas y hasta negros. También hay gran cantidad de peces de variados colores y así pueden confundirse con el arrecife de coral, por eso se dice que es hogar de una gran vida marina. Mide unos 350 kilómetros de largo y está a unos 25 kilómetros de las costas. Forma una resplandeciente línea blanca desde Cayo Ambergris, en el norte de Belice hasta Cayo Ranguana, al sur. Fue introducida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en el año 1996.
En Caye Chapel no sólo se tendrán estas impresionantes bellezas naturales, sino una posición geográfica privilegiada a tan sólo 2 horas de los Estados Unidos, 4 kilómetros de playa, y un exclusivo campo de golf diseñado por los reconocidos golfistas Greg Norman y Lorena Ochoa desde donde se podrá disfrutar el inigualable paisaje caribeño.
Gracias a los esfuerzos por preservar los ecosistemas, todavía se pueden encontrar paraísos como Caye Chapel aquí en la Tierra.
